El jeitinho no es sinónimo de corrupción

ENTREVISTA A PAULO FERREIRA, FUNDADOR Y DIRECTOR GENERAL

Es empresario, profesor y director de una prestigiosa escuela de negocios de San Pablo. Cree que las habilidades "blandas" de los ejecutivos son las más importantes y, en ese sentido, defiende el método del caso. Considera que Uruguay tiene muchas oportunidades de negocios con Brasil. 

Este empresario brasileño de 69 años está en el ISE Business School (San Pablo) desde su fundación en 1996. Es un acérrimo defensor del método del caso, un tema de discusión frecuente en el mundo académico; en ese clima los estudiantes «empiezan a aprender unos con otros y desarrollan un crecimiento personal muy importante, no solamente técnico». Asegura que reina la incertidumbre entre el empresariado brasileño; de la región le preocupa la situación en Argentina y Venezuela. Cree que existen muchas oportunidades para Uruguay, que debería desprenderse de su eterno vínculo con sus vecinos del otro lado del río. Está casado, tiene seis hijos y 13 nietos. Le gusta el cine de autor y la literatura rusa; practica musculación y camina tres veces por semana.

¿Cómo se encuentra el mercado de las escuelas de negocios en Brasil?

En Brasil la necesidad de la formación de ejecutivos sigue creciendo. Si bien hay algunas escuelas que no son muy buenas, lo importante es que se estudia y, cuando se estudia, se gana algo. Los mandos intermedios necesitan formación. Después hay un grupo de brasileños que van al exterior, nosotros promovemos mucho el programa a tiempo completo del IESE (escuela de negocios de la universidad de Navarra) y hay muchos brasileños que van. Si usted va a Harvard también va a encontrar brasileños haciendo la maestría. Sucede lo mismo con otras escuelas en Europa. Ahí hay un tema de la clase social, porque esos programas son muy caros, por lo cual son personas que tienen la capacidad financiera para hacerlo. El programa que tenemos aquí es un programa del IESE, que tiene validez para la comunidad europea. A su vez hay muchos extranjeros que vienen a estudiar aquí. Tuvimos el año pasado gente de afuera que venía cada dos semanas y en este momento tenemos algunos expatriados. Hacer el programa aquí les permite hacer networking con brasileños y eso es una ventaja importante. La competencia nuestra es el programa internacional, no local, y la puja se da cuando la gente tiene que tomar la decisión de si estudiar afuera o en el país.

¿Cuál cree que es el diferencial que ofrece la formación en el ISE?

Nuestra propuesta se diferencia por el programa que ofrecemos, la calidad de los profesores y la calidad de la gente que viene. Trabajamos intensamente con la participación de la gente a partir del método de la discusión, que desarrolla mucho la capacidad de la gente a tomar decisiones, a defender sus puntos, el clima que se crea es uno en el que los estudiantes empiezan a aprender unos con otros, desarrollan un crecimiento personal muy importante, no solamente técnico. Porque hay una gran diferencia de personas y personalidades, y tienen que convivir con esto durante 20 meses.
     
¿Cree que las habilidades «blandas» de un ejecutivo son en la actualidad más importantes que las «duras»?

Creo que sí. Muchas personas se plantean hacer un MBA (Master of Business Administration) porque necesitan la parte hard (dura). Pero lo que descubre con el tiempo es que lo hard es una pequeñísima parte del desarrollo a largo plazo del ejecutivo. Un MBA está muy dedicado a personas que quieren hacer una carrera gerencial importante con temas de supervisión de personas, ahí tú necesitas una capacitación muy fuerte en las áreas blandas, porque son las áreas más difíciles que requieren más habilidad que conocimiento técnico. El conocimiento técnico se aprende aquí también, pero dentro de dos años cambia, entonces tú tienes que tener la capacidad de tomar decisiones, por sobre todas las cosas. El diferencial nuestro es buscar que la gente tenga visión estratégica, que tenga la capacidad de mirar las cosas en conjunto.

Entonces, en la eterna discusión académica del método del caso versus el teórico, ustedes se inclinan claramente por el primer modelo...

El noventa y pico por ciento de nuestras sesiones son de caso porque creemos que es el mejor sistema. Pero hay una diferencia entre el método del caso bien dado y el método del caso mal dado. Si tienes profesores que saben dar los casos, va muy bien. Lo mismo pasa con la teoría. Pero lo que pasa con la teoría es que, si el profesor no es bueno, te compra cinco libros, lo lee y tiene la información. El tema con el caso es que existe la necesidad de poner a la gente a tomar decisiones. Pero al mismo tiempo el profesor tiene que conocer mucho lo que hay detrás, la parte teórica tiene que ser fuerte también. Y al mismo tiempo debe poder ayudar a los que quieran estudiar más, profundizar más. Al MIT (Massachusetts Institute of Technology) no le gusta el método del caso, de hecho, hay una rivalidad entre Harvard y el MIT. Para nosotros no es una discusión, porque si uno maneja bien el método del caso sabe muchas otras cosas.

¿Visualizan a los programas online como una amenaza?

Ese es un tema que debatimos con frecuencia: qué hacemos con el tema online. A nosotros nos gusta mucho la interacción personal y, creemos que el trabajo con las personas -tú estás ahí con 50 personas trabajando, mirando, estudiando, discutiendo-, es la mejor forma de aprender, y con Internet no se puede hacer. Nosotros creemos que vamos a seguir siendo una escuela que va a utilizar Internet, pero al final vamos a seguir con el método del caso. El futuro nos dirá si estamos equivocados. Bajo el sistema de conferencias sí se puede usar Internet, es decir, esas clases pueden darse online.

¿Cómo observa el clima de negocios regional y qué destaca de Brasil en ese panorama?

Para Brasil el pasado fue un buen año. Pero ahora la gente está muy preocupada por las tendencias de negocios. Tenemos inflación muy alta, el interés ha crecido mucho, la competitividad de los productos brasileños, la productividad, la entrada de importaciones, todo esto genera preocupación respecto a lo que va a ocurrir. Después hay una crisis en Argentina que ha afectado mucho a Brasil, se exportan una cantidad de productos para ese país y eso ha bajado mucho. Después está el tema de Venezuela, nosotros tenemos algunos negocios allí por lo que nos hemos visto afectados.
Con todos estos asuntos la perspectiva para el año que viene no parece ser tan buena. Brasil tiene un tema político muy fuerte, el empresariado brasileño cree que hay necesidad de un cambio de gobierno. Tenemos elecciones ahora en octubre, hay una expectativa de lo que va a ocurrir, las encuestas dicen que hay posibilidades. Si miramos las encuestas de la elección pasada estaba claro que la reelección de la actual presidente iba a ocurrir, ahora la gente empieza a dudar. El crecimiento de la oposición es real, las encuestas lo muestran y hay una baja de aceptación del gobierno. El empresario brasileño no está invirtiendo, está con una cautela muy grande para ver qué va a ocurrir, eso es malo porque si no hay inversión no se crece. El crecimiento brasileño está muy bajo.

Pese a que la Copa del Mundo ha generado mucho movimiento...

Lo que ocurrió con la Copa del Mundo fue la construcción de los estadios. Es un disparate lo que ha invertido el gobierno, pero obras de infraestructura no se han hecho.

Pero un mundial genera también otros negocios...

Aeropuertos se ha hecho el de San Pablo, hay otros que se está trabajando, pero están muy retrasados, no van a estar listos para la Copa. El de Río (de Janeiro) no va a estar listo, el de Bello Horizonte tampoco. Brasil tiene una necesidad de infraestructura brutal, necesitamos aeropuertos, puertos, ferrocarriles por todas partes, tenemos problemas de energía. Lo que se habla ahora es que se ha gastado mucho mucho con los estadios y pudo gastarse esto en infraestructura. A esto se deben todas las manifestaciones.

En medio de este panorama de incertidumbre, ¿cree que hay oportunidades para Uruguay?

Hace algún tiempo atrás Uruguay estaba muy conectado con Argentina, y tiene que estar más conectado con Brasil, hay cosas que Uruguay puede ofrecerle a Brasil, como podría ser el mercado de la leche. Creo que el tema es que la conexión con Argentina siempre fue extremadamente fuerte; ahora ha cambiado algo. Yo siempre destaco la formación de los uruguayos, algo que en Brasil necesitamos. Lo que no sé es la disponibilidad de uruguayos para vivir en Brasil, si bien acá hay muchos uruguayos trabajando. Ese sería un tema importante, porque aquí hay mucho que hacer y no hay gente preparada.

¿Por qué es difícil relacionarse con el empresariado brasileño?

Si uno quiere hacer negocios en Brasil es fundamental que tenga gente que sepa cómo manejarse, tener un estudio de abogados bueno, que entienda la situación brasileña, toda la burocracia. También tener claro todo el tema fiscal, qué impuestos tienen que pagar, hacer todas las cuentas muy bien, considerando que el 40% de la facturación serán impuestos.
La tercera cosa es que deben ofrecer algo que no genere un problema de credibilidad, traer algo confiable, porque los empresarios brasileños son muy desconfiados. Las empresas brasileñas son muy conservadoras. Y vas, le tocas la puerta, y te dicen: si yo estoy trabajando bien, ¿para qué voy a cambiar? Pero, si hay un problema, tú puedes presentarle la solución, tienes que ser muy rápido.

¿Cómo se aplica el famoso jeitinho de los brasileños en el mundo de los negocios?

El jeitinho es la forma creativa en que los brasileños tienen de pasar por una situación que no quieren o no pueden hacer de otra manera. Siempre hay una forma de arreglarlo: en la última hora hacemos un esfuerzo y lo manejamos. No significa que estás contra las reglas, pero lo haces. El brasileño tiene esta capacidad y la usa mucho. Otra cosa importante es saber que no hay necesidad de corrupción para hacer negocios en Brasil. Existe un prejuicio respecto a esto. De repente llega alguien del exterior y le dicen: yo puedo hacer esto. Y eso es un desastre, porque se pone en manos de gente que después le puede causar grandes problemas. En temas de corrupción nunca hay que entrar, porque para salir es un desastre. Y no hay necesidad. Si una persona te ofrece algo así, es mejor que no trabajes con ella. Jeitinho no es sinónimo de corrupción. Jeitinho es una manera de hacer las cosas con inventiva y creatividad. Por ejemplo, la legislación dice que puedes tener un sistema muy simple de impuestos, pero hasta un cierto tamaño de empresa; si te pasas, pasas al sistema normal. Entonces, cuando se llega a cierto tamaño, algunos abren una subsidiaria para que facture la mitad del negocio. ¡No es ilegal! Es un jeitinho.

¿Qué impacto tiene la formación de ejecutivos en el desarrollo de emprendimientos?

Mucho. La primera generación de MBA del ISE se gradúa en dos semanas. Lo que ocurre es, si tú miras el grupo, hay algunos que salieron de la empresa y pusieron su propio negocio. Sin dudas, mucha gente se da cuenta de que puede emprender después de que pasa por el MBA.

¿Y cómo cree que influye en las empresas el contar con empleados que hayan cursado un MBA?

El impacto es fenomenal. Hay empresas que ahora tienen una dirección muy distinta. Hay temas de emprendedurismo también, como mencionábamos antes, pero sobre todo un impacto en las gerencias. Hay muchas empresas que ven la necesidad de que su gente tenga una maestría y hay otras que dicen: a mí no me interesa la maestría, estoy más interesado en lo que la persona sabe hacer. Pero lo que ocurre es que cuando una persona hace un programa de maestría de buena calidad, sabe hacer muchas cosas, la autoconfianza, la visión que tiene de la empresa, se crece mucho, adelanta mucho la carrera de las personas.

Fuente: Gabriela Rocha, 30/05/2014 – elpais.com

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Autor: David Gasull – asesor experto en comercio exterior y estrategias de internacionalización

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La intención de “Negocios en Brasil” es que aporte información real y práctica contando lo que he ido aprendiendo y lo que vivo. De tal forma que pueda aportar o ayudar a cualquier persona que quiera realizar algún tipo de Negocio en Brasil. Hablando de experiencias reales tanto mías como de otros colaboradores y amigos, en el mundo de los negocios en Brasil

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